La marca italiana continúa reeditando íconos de su historia, en este caso la versión moderna del 124 Spider, surgido de la alianza con Mazda. Utiliza la plataforma del MX-5 pero cuenta con motor Abarth.
Apoyados por el éxito del 500, que sigue sumando versiones a su gama, Fiat vuelve a repetir la fórmula de reinterpretar un clásico de los 60 y de paso, volver a un segmento en el que desde hace mucho tiempo no tenía un representante, el de los descapotables.
Aprovechando su alianza con Mazda, de la que tomó la base de un referente entre los cabriolet, el MX-5, los diseñadores de Fiat dieron rienda suelta a una de sus especialidades, el diseño retro, creando una logradísima actualización del 124 Spider que deslumbró a fines de los 60.
Sin embargo esa creatividad del exterior no se ve tan reflejada en el interior, ya que el 124 es exactamente igual al nipón, sólo cambia el logo en el centro del volante. Aún así, puertas adentro es muy atractivo ya que mantiene la cuota de deportividad, con formas simples, grandes relojes y salidas de aire circulares.
La principal diferencia entre ambos se da en la parte mecánica, ya que cada uno utiliza sus propios impulsores. El 124 comparte el motor 1.4 Turbo MultiAir de las versiones Abarth del 500, con dos niveles de potencia de acuerdo al mercado: 160 CV y 249 Nm de torque para Norteamérica o 140 CV y 240 Nn para Europa y Asia. Las transmisiones pueden ser manual de seis marchas o automática, también de seis relaciones. Como no podía ser de otra manera en un deportivo que se precie como tal, la tracción es trasera.
Por el momento no está prevista su llegada a Argentina, pero más de un nostálgico ya debe estar deseando verlo por nuestras calles.
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