Inchcape, el representante para Argentina de la compañía de Hamamatsu, inició la preventa de la nueva evolución del Swift. Cuenta con un 1.2 de 85 CV y ya puede reservarse por US$24.000.
Conocida como Suzuki Cultus en otros mercados, la segunda generación del Swift hizo su debut en nuestro país a principios de los noventa e inició la larga historia de este modelo en Argentina, que junto a la Vitara se convirtió aquí en un ícono de la división automotriz de la terminal japonesa. Aquella evolución abarcó también una carrocería sedán, pero es recordada por grabarse a fuego en el imaginario fierrero con su variante 1.3 GTi, que convertía al pequeño hatchback en un misil con 101 CV liberados a 6.450 vueltas y apenas 790 kilos de peso. Tal bólido cobró fama mundial por ser capaz de vencer en circuitos a deportivos que superaban ampliamente su valor y tamaño, además de ser un fiel exponente de la ingeniería nipona.
La tercera fase se lanzó internacionalmente en 2004, tras un impasse de seis años sin producción. Dicho desarrollo, que se hizo conocido por su participación en el JWRC bajo el reglamento Super 1600, se importó de la mano de Chevrolet Argentina (distribuidor en aquel momento de la firma en el país) e implementó líneas de diseño que marcaron un quiebre en su camino y todavía pueden identificarse en la versión actual. La siguiente, al contrario, fue comercializada por Indumotora, compañía que fuera la anterior responsable de Suzuki y Subaru.
La nueva generación
Para continuar con la costumbre, el nuevo Swift llega ahora de la mano de Inchcape, el grupo británico con negocios en los cinco continentes que se hizo cargo de la representación de ambas marcas, luego de sustituir al grupo chileno. Éste ya se encuentra en preventa (la fecha de su lanzamiento oficial todavía no fue informada) y puede conocerse y reservarse en sus concesionarios.
Como dijimos, exteriormente luce como una verdadera evolución que retoma la figura de sus antecesores. La principal renovación se aprecia en la trompa, que ostenta una parrilla de boca más ancha y pobre protección para el estacionamiento que es la principal seña de identidad del vehículo. En general, sus trazos generan un conjunto de aspecto dinámico, atrevido y joven, como siempre ocurrió con el Swift. Calza llantas de aluminio pulidas de rodado 16 y mide 3.840 milímetros de largo, 1.735 mm. de ancho y 1.495 mm. de alto, con una distancia entre ejes de 2.450 mm.
Sin embargo, la performance mecánica de otros tiempos, al menos en la configuración ofrecida en la preventa, perdió su prioridad frente al consumo y la eficiencia. Por eso incorpora el 1.2 de 85 CV y 113 Nm. de torque asociado a una automática CVT con modo manual de cinco velocidades.
Equipamiento
La versión GLX dispone de un completo listado de seguridad, que se integra con frenos a discos en las cuatro ruedas con ABS, EBD y AFU, seis airbags (frontales, laterales y de cortina), control de estabilidad (ESP), luces diurnas DRL con tecnología Led, faros antiniebla delanteros y anclajes ISOFIX, como sus elementos más destacados.
Por otro lado, su dotación de confort incluye botón de encendido y acceso sin llave, sistema multimedia con pantalla táctil de 10,5″ con MirrorLink, Bluetooth y navegador, cámara de retroceso, climatizador automático, volante forrado en cuero con comandos de audio y de velocidad crucero y regulación en altura y profundidad, espejos y vidrios eléctricos, asiento de conductor regulable en altura y computadora de abordo, entre otros.
Precio
El valor de su preventa (US$24.000) es bastante alto pero no es descabellado, sobre todo si se tiene en cuenta que rivales como el Kia Rio ofrecen opciones por cifras similares y si se considera que la suba del dólar aumento los precios de sus competidores regionales, que de todos modos ofrecen impulsores más potentes. Su garantía es de tres años o 100.000 kms. y está atada a la realización de servicios de mantenimiento cada 10.000 kms.
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