Es de público conocimiento la hospitalidad, lujos y buenos tratos que han tenido desde la soberanía española hacia el presidente argentino Mauricio Macri y su Esposa Juliana Awada durante su estadía en el país europeo. A la pareja argentina le pusieron a disposición para transportarse un Rolls Royce Phantom IV.
Este mismo automóvil tiene una gran representación histórica para España. En él llegó Letizia a la Catedral de la Almudena en 2005, para dar el sí ante Felipe. Para ese momento histórico, el automóvil sufrió modificaciones, por una cuestión de seguridad, se reemplazó la capota original por una de cristal blindado. Nueve años después, en 2014, Felipe llegó en ese mismo Rolls Royce a su proclamación como nuevo rey de España.
El vehículo fue usado también para las bodas de la infanta Elena y Jaime de Marichalar, y de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin.
La firma Rolls Royce creó este ejemplar en 1949 por un encargo del príncipe de Edimburgo para regalárselo a la por entonces princesa Isabel. Este automóvil está provisto de un motor de ocho cilindros en línea que podría correr largas distancias a una velocidad muy baja.
En todo el mundo solamente se fabricaron 18 unidades de este modelo. Todas ellas para grandes personalidades como la reina Isabel II de Inglaterra, el Sha de Persia, Enrique de Gloucester y Francisco Franco. Es por eso que se lo considera uno de los autos más exclusivos del planeta.
La historia de la firma ligada a la elite mundial y el elevado precio de los productos de la marca hacen que sus coches sean considerados automóviles para reyes. En el capó se encuentra la estatuilla, que es la insignia de la marca, conocida como «el Espíritu del Éxtasis», pero en vez de estar inclinada como en todos los autos de la firma, está arrodillada, en actitud de reverencia.
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