En los últimos tiempos, el valor similar de los combustibles premium con los gasoleros, menor rentabilidad y los costos de mantenimiento hicieron que cada vez sean menos los usuarios que se inclinan por la opción de elegir un motor Diesel.
Hace pocos años los motores Diesel eran la opción número uno para aquellos usuarios que buscaban abaratar costos. Aún así a medida que fueron pasando los años, estos se hicieron cada vez más complejos y caros. Esto derivó en que el viejo gasoil, con 1500 partes por millón (ppm) de azufre (Grado 2) fuera veneno para los propulsores de última generación. Es decir que requerían de un gasoil más refinado y caro.
YPF en el año 2008 lanzó el gasoil Eurodiésel, con sólo 50 ppm de azufre (Grado 3) para utilizar en los modernos diésel que llegaban a nuestro país. Lo malo es que el precio era casi igual al de la nafta premium de 98 octanos. El valor era de $ 3 contra $ 3,2 de esta última.
Un diesel rinde más que un naftero si tienen la misma cilindrada. Otro cambio se ve reflejado en el consumo del motor. Actualmente la disparidad en lo que pueden llegar a consumir estos motores no es tan grande. La diferencia no pasa de 2 o 3 litros cada 100 km.
Según el mismo informe en este 2017, el 76% de vehículos son nafteros y el 13,5% son gasoleros. De esta porción, casi todos son comerciales, porque ya la oferta de automóviles diésel es escasa. Al punto que hoy, además de Renault Kangoo, Peugeot Partner y Citroën Berlingo (derivados de furgones), sólo el Grupo PSA ofrece entre los autos versiones diésel de sus medianos 408 y C4 Lounge.
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