Camino a un futuro más verde

Además de desarrollar vehículos eléctricos, Peugeot y Ford también investigan otras tecnologías alternativas como la propulsión por aire comprimido o combustibles derivados del éter.

En un momento en el que la industria automotriz en general apunta a reducir al máximo las emisiones y el consumo, la mayoría de las marcas apuestan por la tecnología híbrida, es decir, combinar un motor de combustión interna con uno eléctrico. Pero para Peugeot y Ford también existe otro camino alternativo que podría garantizar los mismos beneficios e incluso con menores costos.

La marca del león propone lo que denomina Hybrid Air. ¿En qué consiste esta tecnología? Básicamente en la combinación de un impulsor térmico común y corriente, con un sistema de recuperación de energía que en vez de almacenarla en baterías de litio, son reemplazadas por tanques de nitrógeno comprimido. Esta energía se utiliza para impulsar el vehículo sin tener que utilizar el motor convencional. Con el Hybrid Air, Peugeot promete consumos de 2l/100km. y precios que estarían apenas por encima de las versiones diésel de sus productos. Ya se desarrollaron algunos prototipos (basados en el 208 y la 2008) pero todavía resta la homologación oficial y el visto bueno de los principales gobiernos europeos.

Por su parte, el Centro Europeo de Investigación en Innovación de Ford encabeza un proyecto de 3.5 millones de euros destinado a experimentar con éter dimetílico (DME), utilizado habitualmente en aerosoles, y éter de oximetileno (OME1), usado como disolvente en la industria química.

Ambos combustibles serán utilizados en una versión modificada del Mondeo y permitirían aumentar la eficiencia de combustible y producir una cantidad casi inexistente de partículas contaminantes. Incluso se podría adoptar en motorizaciones diésel. Su extracción se puede realizar a partir de gas natural fósil o mediante un sofisticado proceso llamado “energía a líquido” que emplea fuentes renovables como la energía solar o la eólica junto a CO2 capturado del aire.

Esta prometedora tecnología se investiga en un proyecto paralelo junto a la Universidad Aachen RWTH, siempre teniendo en cuenta la eficiencia de conversión, los precios estimados de combustible y los aspectos de la infraestructura.

Como vemos, los eléctricos no son la única opción y la masividad de estas tecnologías que ayudan al ahorro de combustible y contribuir a mantener un medioambiente más limpio, están cada día más cerca.

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