El director ejecutivo del Grupo Fiat, Sergio Marchionne (en la foto, a la izquierda), se mostró confiado en que la unión definitiva de ambas marcas se pueda concretar en el transcurso del año que viene.
Para que la idea llegue a buen puerto, la automotriz italiana, que tomó el control de la americana a mediados de 2011 y en la actualidad posee más del 60% de su capital, todavía tiene que negociar con la Asociación Beneficiaria Voluntaria de Empleados (Veba, por sus siglas en inglés), fondo vinculado al sindicato sectorial y uno de los socios minoritarios más importantes de la compañía (16,6%). «Tenemos opiniones distintas sobre el precio de Chrysler, pero resolveremos los problemas en 2014. No hay ningún contencioso con Veba», sostuvo Marchionne.
«Yo no veo el futuro de Chrysler y Fiat separadamente. Los veo como una sola entidad. O en un momento dado, debemos encontrar el medio de fusionarlos, porque empezaron a construir un futuro común en 2009 y es inextricable», agregó. En ese sentido, vale recordar que el balance positivo de 1.411 millones de euros de Fiat en 2012 tuvo que ver en gran medida al aporte de la estadounidense: sin ella, las pérdidas netas se habrían ubicado en los 1.041 millones de euros.
Marchionne sostuvo que «todavía» no pensó en un eventual nuevo nombre para la compañía, y que su sede central dependerá «del acceso a los mercados financieros y a las decisiones de la familia [dueña de Fiat] Agnelli».
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