Ambas gigantes americanas están trabajando en conjunto para desarrollar una nueva caja de cambios automática de nueve y diez velocidades, cuyo fin será mejorar el rendimiento del conjunto mecánico y se acoplará a motores de autos, SUV, vans y vehículos semi pesados, ya sea con tracciones delanteras o traseras.
Esto responde a una exigencia gubernamental estadounidense sobre el consumo de combustible de los motores, la cual señala que en 2016, los constructores deberán fabricar autos con una media de gasto que no supere los 4,3 l/100 km, marca que en la actualidad se ubica en los 6,6 l/100 km.
El acuerdo alcanzado implica el desarrollo y realización en común de la parte estructural de la transmisión, para después dejar a los ingenieros especialistas de esta área de cada marca la proyección y puesta a punto de la unidad de control, que dependerá de las características de los modelos en lo que se montará. Por el lado de la producción en serie, cada marca lo hará en su polo industrial, dejando de lado la posibilidad de una unidad en común.
Con el desarrollo de esta nueva caja, no sólo se espera un menor número de emisiones de Co2, sino que también una mejora en el confort de marcha. Cabe recordar que en la década pasada, tanto Ford como General Motors trabajaron en sintonía para desarrollar una transmisión, pero en ese caso, fue una automática de seis marchas. Este nuevo proyecto comenzó a desarrollarse seis meses atrás, momento en que la reserva sobre el mismo era absoluta, pero ayer se dio a conocer este acuerdo.
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