Luego de algunas semanas plagadas de rumores, desmentidas y comunicados crípticos, General Motors y PSA Peugeot Citroën anunciaron la conformación de una alianza estratégica a nivel global, con el objetivo de unir fuerzas y mejorar la rentabilidad de ambas en el continente europeo.
El flamante acuerdo contempla la compra del 7% del capital de PSA por parte de GM, que se convertirá en el segundo accionista más importante de la automotriz francesa, sólo detrás de la propia Peugeot. A modo de apoyo a la alianza, esta última confirmó que acudirá a la ampliación de capital con derecho preferente de suscripción a la que deberá proceder PSA, condición que también forma parte del arreglo y mediante el cual espera recaudar unos mil millones de euros.
A partir de este movimiento, las compañías lograrán generar un volumen de compras anuales combinadas de 125 mil millones de dólares. No obstante, la alianza no significa fusión, y cada compañía seguirá comercializando sus productos de manera independiente. Lo que compartirán serán plataformas de vehículos y componentes, además de la creación de una empresa global para el suministro de materias primas y componentes.
«Esta asociación supone una gran oportunidad para nuestras compañías», consideró el presidente y CEO de GM, Dan Akerson. Y agregó: «Las sinergias de la alianza, además de nuestros planes independientes, proporcionan a GM una rentabilidad sostenible a largo plazo en Europa». Por su parte, el presidente del consejo de administración de PSA Peugeot Citroën, Philippe Varin, sostuvo que la unión «marca un punto estratégico para ambos grupos, con un gran potencial de desarrollo, movilizando a todo el grupo para obtener el máximo beneficio en este acuerdo».
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