El 17 de julio de 1945 comenzó a comercializarse el Willys para el uso civil, pero la vida de este emblemático todo terreno había comenzado varios años antes. La entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial se produjo luego del bombardeo japonés en Pearl Harbor, en 1941, pero su armada venía preparándose hacía tiempo. En 1940, U.S. Army llama a licitación para la construcción de un vehículo capaz de desenvolverse con eficacia en el frente de batalla. Debía pesar cómo máximo 590 kilos, poder transportar 250 kilos de carga, tener tracción en las 4 ruedas, una velocidad de crucero de 80 km/h y una capacidad de arrastre de hasta 2.500 kg.
Se presentaron tres postulantes para fabricar ese modelo: las compañías Willys Overland, Ford Motors y American Bantam. En un principio fue el modelo de Bantam el elegido, pero la capacidad de producción de Ford y un también muy buen prototipo de Willys hicieron que U.S. Army decidiera que el “futuro Jeep” fuera construido por ambas empresas (Willys y Ford), sobre la base del prototipo de Willys y algunos aportes de Ford. Es decir, ese primer todo terreno 4×4, que más tarde sería conocido como Jeep, también tiene algo de Ford (algo que la marca del óvalo se encargó de remarcar en la reciente presentación mundial de su nueva gama Bronco, mostrándose como pioneros del mundo de los 4×4).
El nombre Jeep nace como un apodo, y hay dos versiones acerca de su origen. Una dice que, como el vehículo fue diseñado para propósitos generales (General Purpose), de esas siglas del inglés GP surge el fonema Gee Pee o Yi Pi (en español), que derivó en Jeep (Yip). La otra habla de un personaje del dibujito animado Popeye el marino, una especie de animal todo poderoso, capaz de escabullirse y aparecer en cualquier lado, que se llamaba Eugene the Jeep (en el primer capítulo que aparece este animalito, le llega a Popeye en una caja; fue un regalo de cumpleaños de su novia Olivia). Y porque el vehículo también era “casi” todo poderoso, se lo apodó cariñosamente Jeep.
Recién en 1953, cuando la compañía Kaiser compra Willys Overland, convierte a Jeep en una marca. Jeep llegó a ser un genérico de los modelos off road con tracción 4×4, pero también es una marca que simboliza la volatilidad de la industria automotriz mundial. En su derrotero histórico va cambiando tanto de dueños que ya parece ser una marca universal: recordemos que el modelo original fue desarrollado entre Willys y Ford, y que su primera versión civil de 1945 fue de Willys. Desde 1953 se convierte en Jeep, la principal marca de la empresa Kaiser. En 1970, Jeep pasa a ser de American Motors Company (AMC). En 1987, Chrysler compra AMC y Jeep pasa a ser una marca del grupo Chrysler. En 1998, Daimler-Benz (Mercedes-Benz) se fusiona con Chrysler para formar el grupo Daimler-Chrysler, con sede en Alemania, así que Jeep “salta” de continente. Este grupo se disuelve en 2007 y, en 2009, comienza a gestarse el grupo Fiat Chrysler Automobiles (FCA). En 2014 Fiat adquiere la totalidad de Chrysler, así que Jeep pasó de ser “americana” a “alemana” y, luego, a “italiana”. Y hoy, a partir del anuncio de fusión entre los grupos FCA y PSA (Peugeot-Citroën), que se constituirán en un nuevo mega grupo denominado Stellantis a partir de abril de 2021, Jeep quedará bajo el paraguas de esta nueva empresa, con muchísimas marcas de diversos orígenes en su portfolio.
La historia de Jeep en la Argentina merece un párrafo aparte. En 1954, gracias a los incentivos para el desarrollo industrial por parte del gobierno de Perón, la compañía norteamericana Kaiser decide instalar una fábrica en la provincia de Córdoba (es la actual planta de Renault Argentina) y, en una alianza con IAME (Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado), se forma IKA, Industrias Kaiser Argentina. El primer modelo que sale de la línea de montaje de esa fábrica es un Jeep, el 27 de abril de 1956.