Una Ferrari 250 GTO de 1962 se convirtió en el automóvil más caro de la historia, tras ser subastada a nada menos que 35 millones de dólares. El vehículo había sido construido especialmente para Stirling Moss, aquel mítico piloto británico que, entre otros logros, se alzara con la edición de 1955 de las Mille Miglia italianas.
Moss, no obstante, nunca llegó a correr con esta Ferrari, sino que tuvo que abandonar su carrera deportiva en abril de 1962 debido a un fuerte accidente en el circuito de Goodwood, en Sussex, Inglaterra. Según se supo, fue vendida por el empresario holandés Eric Heerema, que se la había comprado hace unos diez años a 8.5 millones de dólares.
El comprador, por su parte, no es otro que el coleccionista norteamericano Craig McCaw, quien amasó una fortuna en la década del ´90, durante la explosión de la telefonía celular. De acuerdo a la cadena Bloomberg, la 250 GTO de Moss completa una nómina de ocho Ferraris subastadas en los últimos dos meses, que acumularon un total de 135 millones de dólares.
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