Este año uno de los modelos más icónicos de la automotriz cumple 3 décadas. En esta nota proponemos un repaso de las 30 primaveras de este espectacular coche.
Su producción duró 13 meses. En ese momento la marca apostó todas sus fichas para fabricar a este automóvil. En ese entonces fue el modelo más potente. Llegó a alcanzar los 320 km/h. Fue concebido como un coche de carreras para la ciudad.
Nacía así un ligero deportivo de casi 2 metros de ancho y 4,36 metros de largo, del que se fabricaron 1.311 unidades hasta el cese de su producción en 1992, así como 19 variantes Competizione o LM de carreras (hasta 720 CV, y 900 CV en clasificación) para las IMSA GT Series americana y también para campeonatos de turismos de Europa o Japón, participando incluso en las 24 Horas de Le Mans, aunque sin un gran resultado.
Se caracterizó por estar construido con materiales ligeros como el magnesio. Hasta entonces no se había utilizado jamás de forma tan intensiva en un coche de producción.
Para buscar la máxima ligereza posible claramente el vehiculo debía contar con poco equipamiento para lograr esos 1.100kg de peso en vacio. De hecho, al principio solo había ventanillas de plástico (correderas, tipo carreras), no tenía alfombrillas, ni equipo de sonido, ni tiradores convencionales en las puertas y hasta la cantidad de pintura aplicada a la carrocería se tuvo en cuenta (2 kilogramos, concretamente).
En cuanto al diseño, también en la búsqueda de poder concretar liviandad en el auto, se utilizó Un capó muy bajito, voladizo delantero muy pequeño, entradas de aire NACA o un gran alerón trasero fueron sus señas de identidad. Además, bajo su piel habitaba una suspensión de doble triángulo parecida a la del 288 GTO, aunque mejorada.
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