Un 24 de junio de 1911, en la ciudad bonaerense de Balcarce, nacía un niño que marcaría el camino en el automovilismo mundial. Hijo de padres italianos, Juan Manuel parecía ya tener chapa de avanzado desde la cuna, ya que en el registro civil de aquella ciudad, los empleados acusaron en su acta de nacimiento al día 23 como el día en que vino al mundo. Hermano de otros 5 hijos del matrimonio Fangio, gran amigo y mejor persona, el chueco despertó admiración en las pistas, enamoró a innumerable mujeres y siempre privilegió la amistad por sobre todas las cosas. A CONTINUACIÓN, SUBIMOS UNA NOTA DE LA REVISTA «NOTICIAS SOBRE RUEDAS» QUE SALIÓ PUBLICADA EN EL NÚMERO DE ESTE MES.
“Ser el mejor, pero nunca creerse el mejor”
Los logros de Fangio fueron obtenidos hace sesenta años atrás y su marca de cinco títulos del mundo en la máxima categoría del automovilismo solamente pudo ser superada en 2002 por Michael Schumacher. Para destacar el aspecto deportivo de esta bestia al volante, consultamos a Pablo Vignone, periodista deportivo y escritor del libro “Fierro Líquido”, que recopila cien anécdotas del automovilismo: “sin dudas, fue uno de los cuatro mejores pilotos de la historia del automovilismo junto con Tazio Nuvolari, Jim Clark y Ayrton Sena. Fangio hizo de la conducción automovilística un arte cercano a la perfección”.
En 1949 realizó su primera gira por Europa obteniendo muy buenos resultados. Fue entonces cuando el Presidente Juan Domingo Perón le otorgó una medalla “al caballero del deporte” en el balcón de la Casa Rosada: “los triunfos de Fangio son producto de una idea política que ayudaba mucho al deporte. Estuvo muy ligado al peronismo, aunque creo que no era peronista. De todos modos creo que se llevó muy bien, ya que participaba de reuniones con el presidente y Eva Duarte, en donde se lo notaba cómodo”.
En 1950 comenzó su trayectoria como piloto de Fórmula 1. El año siguiente, lo vio a Fangio ganador del primero de sus cinco títulos, con el Alfa Romeo 159, en el catalán circuito de Pedralbes, donde relegó a las Ferrari más rápidas de esa época. En 1952 ocurrió un hecho muy particular en la historia de este piloto. Finalizada una carrera en Francia, debía viajar inmediatamente para correr el día siguiente en Monza, Una serie de infortunios hicieron que perdiera las conexiones del transporte y tuvo que manejar solo toda la noche desde París para llegar al circuito italiano. A media hora de la largada se hizo presente Juan Manuel. Partiendo desde atrás de la grilla cometió un error en un cambio y el Maserati que iba manejando pegó en los fardos de contención, entró en una gran derrape, y voló por el aire. Como consecuencia, sufrió la fractura de su cuello, lo cual lo dejó fuera del resto de la temporada. Tiempo después, recordaría jocosamente: «a las dos de la tarde estaba en Monza, a las dos y media en la grilla de salida y a las tres en el hospital».
En 1954 se cambió al team Mercedes-Benz, la que lo autorizó a correr mientras sus autos no estuvieran listos para Maserati y fue entonces la hora de su segundo Campeonato Mundial. En 1955 campeona nuevamente pero con Mercedes teniendo como compañero de equipo al inglés Stirling Moss. La temporada del ´56 lo encontraba ocupando un lugar en Ferrari, con la que conseguirá su cuarto título. La quinta corona llegó al año siguiente, ganando una de sus carreras más memorables: el famoso Gran Premio de Nurburgring. Tripulando un liviano Maserati 250F, tras un problema en el reabastecimiento, tuvo que venir corriendo de atrás y faltando una vuelta logró pasar los dos Ferrari oficiales ante el asombro de todos. Mike Hawrthorn, uno de sus vencidos, siempre recordó el sobrepaso «Si no me hubiera corrido a un costado estoy seguro que el viejo diablo me hubiera pasado por encima».
1958 fue un año particular para la vida de este talento al volante. No solamente porque fue el año en que se retiró, sino que además, porque fue secuestrado. El calendario marcaba al Gran Premio de Cuba, en aquél entonces gobernada por Fulgencio Batista. Fangio se hospedaba en el Hotel Lincoln de La Habana, cuando un comando del Movimiento 26 de Julio, liderado por Fidel Castro, lo secuestró durante 26 horas para difundir su lucha. La misión estuvo a cargo de Faustino Pérez, quien luego sería ministro del gobierno revolucionario, y con quien Fangio mantendría una relación vía carta. Pese a este episodio, la carrera continuó y una vez finalizada, fue liberado y declaró ante la prensa: “me han tratado de un modo excelente. Tuve las mismas comodidades que si hubiera estado entre amigos”. Recordando la vida deportiva, Vignone se lamenta: “Considero que Fangio ha tenido una vida digna de película. Desafortunadamente, los logros de este deporte han pasado ya hace mucho tiempo. Si vos lo querés ver correr a Fangio hoy, tenes cuatro videos en Youtube y nada más. Esto es una gran contra para él, ya que al no haber materiales fílmicos, da la sensación que está un escalón más abajo que Ginobili, por ejemplo, que es contemporáneo de una generación muy mediática. Yo me pregunto qué sucedería si hoy tuviéramos un piloto de Fórmula 1 argentino en el podio cada semana”. Con motivo del centenario del más grande del automovilismo, Vignone presentó el libro “El Siglo Fangio”: una recopilación de 100 testimonios de personas que lo conocieron, lo trataron o que supieron de sus logros”.
«Yo pude haber ganado una fortuna pero la amistad es la verdadera fortuna que un hombre puede tener»
Luego de su retiro, diferentes condecoraciones y premios adornaron su casa de Balcarce o prendieron de su cuello. Todo eso es poco, comparado con el séquito de amigos que siempre lo siguió y apoyó en cada decisión que tomaba el flaco. Y luego de tanto camino recorrido juntos, cómo no iban a ayudarlo a darse un gran gusto. Alejado de las pistas como protagonista, Fangio tuvo tiempo para empezar a delinear lo que hoy es el Museo Juan Manuel Fangio. Carlos Alberto Álvarez, Vicepresidente de la Fundación Juan Manuel Fangio y miembro del entorno cercano del “quíntuple” destaca su relación con él: “lo conocí desde chico, pero lo traté mucho más cuando se concretó la idea del Museo. En el año 79 nos convocó para decirnos la idea de traer a Balcarce todo lo que él había acumulado a lo largo de su carrera. Así se inauguró en noviembre del 86 el Museo. Él quería devolverle al pueblo argentino todo lo que lo ayudó para llegar a ser quien fue, por ejemplo, en un piso del edificio, hay un listado de todos aquellos que lo ayudaron a comprar el primer auto con el que compitió”. Este hombre de 65 años, destaca la idolatría que Fangio despierta en la tierra de sus abuelos: “tuve la oportunidad de estar en Italia, en Castiglione. Es increíble ver lo que siente todavía la gente, a pesar de que muchos de ellos no lo conocieron. A nosotros nos trataban como si fuéramos él. En mi opinión, es comparable con lo que significa Maradona para Nápoles”. Carlos Alvarez agrega: “él siempre tenía la palabra justa en el momento indicado. Fangio siempre recordaba a los jóvenes que no había peor consejo que el que uno no pedía. Puede ser que alguna vez podamos entender de que muchas cosas pasan más por los valores humanos. La gente lo recuerda fundamentalmente por sus logros deportivos, pero aquellos que lo conocimos lo recordamos más que nada por su calidad de persona”.
Para recordar a semejante emblema mundial, sus amigos y la fundación realizaron una serie de festejos durante junio. El 10 se hizo una exposición muralista en su honor. Por otra parte, el 22 de junio fue el aniversario de la fundación de Balcarce, por lo cual, el intendente ha declarado que hoy sea feriado. Mañana, se hará una concentración de automóviles de diversos clubes, y se visitará el panteón donde descansan sus restos. Además, Carlos Regazzoni, artista plástico reconocido mundialmente, inaugurará un monumento de sesenta metros que estará ubicado en la entrada a la ciudad. Un monumento grande, pero que no alcanza a plasmar los gigantes logros de Fangio, ni tampoco lo gran persona que era Juan Manuel.
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