Hoy comienza el motor show estadounidense de Detroit, el cual ya tiene su estrella indiscutida: la séptima generación del Chevrolet Corvette, la cual ahora rescata el nombre “Stingray” de la segunda evolución que tuvo este “muscle car” en 1963.
Como todo súper deportivo de este segmento especial yanqui, el nuevo Corvette equipa un motor exageradamente potente. La versión base monta un V8 de 6.2 litros de cilindrada, 450 caballos de potencia, 609 Nm de torque y está asociado a una caja manual de siete marchas o una automática de seis velocidades. Pasa de “0 a 100” en menos de cuatro segundos, su velocidad máxima supera los 300 kilómetros por hora y consume 9 litros por cada cien kilómetros recorridos. Además, ofrece cinco modalidades de conducción: Tour, Weather, Eco, Sport y Trak. A esta mecánica se le puede agregar (como opcional), el “Track Performance Package” que incluye autoblocante trasero controlado electrónicamente, un sistema de lubricación por carter seco para la transmisión y un paquete aerodinámico para mejorar la estabilidad a alta velocidad.
A días de cumplirse 60 años de la presentación del primer prototipo de esta mítica saga, (17 de enero de 1953 en Nueva York), Chevrolet no aguantó las ganas de exhibir esta séptima rama del árbol del Corvette y lo presentó inclusive antes del comienzo del salón. Su producción será en la ciudad de Kentucky, y saldrá a la venta durante el tercer trimestre de este año en distintas versiones, las cuales se irán agregando a lo largo del año.Mucho trabajaron los ingenieros sobre este nuevo C7. Primeramente, lograron reducir su peso mediante distintas soluciones, como la reducción de 45 kilos de su chasis, el cual fue construido en aluminio y resulta ser un 57% más resistente a la torción. Por último, la distribución del peso es óptima, ya que se reparte un “50 y 50” entre el eje delantero y trasero.
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