Hasta hace pocos días Bugatti se regodeaba con ostentar el record de velocidad máxima que un vehículo de producción en serie puede alcanzar, hito que logró en 2010 con el modelo Veyron SS (foto) al trepar hasta los 431,072 km/h. Ahora, el Guinness World Record le quitó el título obtenido después de descubrir que el coche usado en la prueba tenía desactivado el limitador de velocidad.
Se llegó a este descubrimiento luego de una investigación realizada por el medio británico Driving.co.uk, el cual sospechaba sobre la autenticidad de esa plusmarca. Según las reglas Guinness, el auto debía ser mecánicamente idéntico a los que se venden al público, hecho que no ocurrió, ya que a los clientes se vende este deportivo con el limitador activado.
Lo curioso del caso, es que, a diferencia de otros limitantes de velocidad que cierran su escalada en los 250 km/h, el del Veyron SS deja de acelerar en los 415 km/h, marca que le hubiese posibilitado superar el anterior record establecido por Shelby SuperCars y su modelo SSC Ultimate Aero TT (foto de arriba) de 412 km/h.
Así, ahora el record vuelve, oficialmente, a manos americanas, aunque hay otro súper deportivo que reclamaría este reconocimiento. Se trata del Hennesey Venom GT (foto de la izquierda), el cual alcanza una velocidad máxima homologada de 427,6 km/h.
Sé el primero en comentar