Por Gonzalo Di Gregorio
Fotos: Omar Rojas
En varias ocasiones sucede que las marcas utilizan la tradición y el prestigio de un nombre para incursionar con ellos en un segmento más grande. Podemos ilustrar tal argumento con dos recientes ejemplos, ya que tanto el Koleos como el Tiguan crecieron en tamaño e incluso este último incorporó una tercera fila de asientos.
Sin embargo, rara vez ocurre que un modelo cambie radicalmente de formato. Este es el caso de uno de sus nuevos rivales, el Peugeot 5008, que ahora también adopta la estética de utilitario deportivo. Repasemos qué transformaciones genera en su propuesta esta metamorfosis, que busca alinearlo a las tendencias y gustos actuales.
Diseño
Aquí seremos breves, ya que no es una novedad afirmar que es la versión extendida y de siete butacas de su hermano menor, el 3008, un vehículo que ya manejamos para la pasada edición de diciembre. Sus aspectos son muy similares hasta el pilar C, ya que más allá de algún detalle puntual, la diferencia salta a la vista en los trazos de la tercera ventanilla, la caída de la luneta trasera y en el tirante del pilar D, que forma un remate más deportivo y aloja a un alerón más prominente. A pesar de que sus mayores volúmenes pueden generar líneas menos condensadas, los rasgos felinos siguen sorprendiendo de grata forma.
Las variaciones notables aparecen, como dijimos, si recordamos a la generación anterior del modelo. Esta segunda evolución del 5008 mutó de apariencia y abandonó la estética de monovolumen clásico para transformarse en SUV, aunque sin resignar la versatilidad que suele ofrecer dicha silueta. A partir de la plataforma EMP2, esta última propuesta es once centímetros más larga en cuanto a la distancia entre ejes y la extensión total.
Interior y equipamiento
Por el contrario, su habitáculo y su arsenal tecnológico se prestan para hablar largo y tendido.
La sensación que ofrece puertas adentro es una de sus mejores ventajas comparativas. La trabajada elegancia con la que fue ideada su cabina se aprecia en todos los detalles, pero este también sobresale por el confort que entregan sus filas posteriores, que hacen que viajar en el 5008 sea siempre una experiencia placentera.
Comencemos por el puesto de conducción. Todo aquí se rige por la renovada filosofía i-Cockpit del León, por la que la firma adopta volantes reducidos y coloca al instrumental por encima de ellos. Al subirse por primera vez, no deja de impactar la inclusión de un aro tan chico para la conducción de un vehículo de más de 4,5 metros de largo. Sin embargo, este nuevo formato con base y punta plana responde muy bien al tránsito y genera menos interferencias para leer el tablero. Si bien nadie se había detenido a repensar la posición de este elemento en un auto, el resultado de esta evolución de Peugeot es muy cómodo y no lleva más de cinco minutos internalizar los cambios que plantea. Exclusivamente penaliza la ubicación del control de crucero, que queda escondido y dificulta, por momentos, el accionamiento de los guiños.
Como la butaca del chofer se regula eléctricamente en ambos ejes (incluye dos memorias y calefaccionador, al igual que el del acompañante) junto a la columna de dirección, la posición correcta de manejo se encuentra con facilidad pero es siempre alta, como en todo SUV. Además, la extensión del cojín del asiento también es adaptable y nos permite adecuarla para descansar las piernas. Sólo nos llevó unos metros acomodar correctamente la espalda para que el acabado del respaldo, que presenta unos listones muy profundos y refinados, no interfiera en nuestra comodidad.
Todos sus materiales son de calidad destacable y hasta sus elementos plásticos presentan distintas texturas de buena terminación. La sensación de amplitud y comodidad se hace presente en todas sus plazas, ya que ni siquiera el enorme túnel delantero (que incorpora un cargador inalámbrico y se fusiona con el panel central, como en la generación anterior) logra restar espacio. Por el contrario, este resulta muy útil para relajar el miembro superior con su apoyabrazos, que oculta un gran compartimento porta objetos.
El instrumental es digital (de 12,3”) y en todos sus modos brinda una lectura simple, a pesar de que el tacómetro asciende de forma inversa a la tradicional (el cero está a la derecha). En su display, entre otras cosas, nos permite visualizar la temperatura del agua, los planos del navegador, los kilómetros restantes hasta el próximo servicio y puede alertarnos de distintos peligros, como estar próximos a abandonar el carril de marcha o encontrarnos muy cerca de otro vehículo.
La botonera con pulsadores tipo piano (así la define la terminal), que nos puede recordar a los comandos de una aeronave, brinda un acceso directo e intuitivo a las funciones que se controlan desde su pantalla táctil de 8”. Estas incluyen a la música, el climatizador (que cuenta con salidas traseras), las asistencias a la conducción, el navegador y demás cuestiones referidas a la conectividad (incluye CarPlay y Android Auto). Dichos elementos también pueden comandarse a través de la voz, aunque el software nos aclaró que en nuestra región esta función no puede combinarse con el GPS. Al probar este método con la radio, al sistema le tomó un promedio de dos intentos reconocer las emisoras que le solicitábamos. Del sonido, por otra parte, se encargan los diez parlantes de la firma francesa Focal, que entregan un verdadero festival acústico de alta fidelidad y excelente potencia.
Una de sus extravagancias más novedosas es la posibilidad de seleccionar dos “ambientes” (Boost, para una conducción dinámica, y Relax, para otra más tranquila), que intervienen en la iluminación interior (que se aprecia y disfruta más por la noche) y hasta en la selección de las fragancias que puede emitir el 5008 para generar distintos climas. Las mismas fueron desarrolladas junto al perfumista Antoine Lie y se perciben de verdad. Nuestra favorita fue la Cosmic Cuir, todo un lujo chic.
En las plazas traseras se agradecen los centímetros extra de su distancia entre ejes frente al 3008. En la segunda fila, salvo que se quiera ser demasiado generoso con los pasajeros de la tercera, el espacio para las piernas y los hombros sobra. La butaca está dividida en tres asientos individuales que cuentan con regulación longitudinal y ajuste de inclinación independiente. En ellos pueden viajar con bienestar tres adultos gracias al piso plano, la salida posterior del climatizador (que abarca una toma de 12 voltios), los parasoles laterales que amortizan los efectos de Febo, las bandejas plegables de los respaldos delanteros, los cofres guarda objetos que se ocultan bajo nuestros pies, un enorme techo panorámico (que disfrutarán más que quienes viajen adelante) y una buena distancia al techo. Un verdadero placer.
La sexta y séptima plaza presentan una gran habitabilidad, inclusive para el eventual traslado de mayores, pero siempre y cuando los pasajeros intermedios se solidaricen con el espacio. Sólo es reprochable el acceso a estos dos asientos, ya que es demasiado reducido y solo mejora marginalmente si movemos una de las butacas involucradas hacia la trompa.
Asimismo es resaltable la facilidad con la que se puede desplegar (basta con tirar de una piola para extraerlos del piso), rebatir o inclusive retirar estos asientos. La modularidad del 5008 sigue siendo uno de sus puntos más fuertes. Si sólo se emplean los espacios delanteros, este SUV puede convertirse en una suerte de pick up de carga sin esfuerzos, ya que en él todo es fácil de configurar y modificar. Por suerte para sus dueños, puertas adentro es un excelente ejemplo de diseño aplicado a la funcionalidad. Podríamos categorizarlo como una especie de living francés transformable.
Seguridad
La configuración Allure Plus HDi es la más completa y presenta un equipamiento de seguridad acorde a su posicionamiento. Abarca una interminable lista que incluye airbags delanteros y de cortina para las primeras dos filas, Programa de estabilidad con Control de descenso, ABS con AFU y REF, triple anclaje ISOFIX, Alerta de fatiga, Frenado automático en emergencia, Asistencia al mantenimiento de carril, Detección del punto ciego, Alerta de riesgo de colisión, Control de crucero adaptativo con limitador de velocidad, faros con cornering light, y muchos otros elementos.
Motor y manejo
Desde nuestro punto de vista, el impulsor diésel testeado es la opción que mejor se combina con el 5008. El HDi de 1.997 cc. presenta un consumo contenido en viajes largos y mueve con suficiente agilidad a su importante porte. Los 150 CV rinden satisfactoriamente gracias a la entrega de torque de este gasolero, que aporta 370 Nm. apenas desde las 2.000 revoluciones.
Su caja automática, una Tiptronic de seis velocidades con convertidor de par y procedencia japonesa (marca Aisin), es suave al pasar de marchas y reactiva en las recuperaciones, que generaron buenas impresiones.
En general, todo el conjunto se mostró vivaz para el uso urbano, ya que el peso y el tamaño de este SUV apenas se hace notar cuando aceleramos fuerte (las ruedas delanteras tienden a patinar hasta que el control de tracción entra en acción) o cuando doblamos de forma exigida en alguna curva cerrada. Si bien el recorrido del acelerador es bastante progresivo, su planteo cambia sensiblemente (al igual que la dirección, que se vuelve más pesada) si activamos el modo dinámico/sport.
Además, al contrario de lo puede que suponerse, maniobrar a este Peugeot en espacios reducidos no es una tarea titánica gracias al excelente radio de giro y a todas sus asistencias, que abarcan al estacionamiento automatizado y una proyección 360 del vehículo en la pantalla, que conforma una especie de plano cenital que colabora con la cámara trasera y los sensores. Asimismo, su dirección electro-asistida se asocia acertadamente a la pequeña circunferencia de su volante, que se siente especialmente agradable en las situaciones que requieren un mayor grado de rotación.
En ruta se desenvuelve de forma segura y otorga confianza mediante el alerta de puntos ciegos (que enciende una luz en los espejos para que no encerremos a otro coche) y el sistema de mantenimiento de carril, que nos corrige la trayectoria con un suave giro si detecta que estamos abandonando nuestro andarivel de marcha sin colocar un guiño. Éste, de todos modos, puede vencerse de forma simple si mantenemos el aro firme y en ningún momento generó situaciones de peligro.
Su suspensión, por último, se mostró correctamente equilibrada. Llegamos a esta conclusión por su particular funcionamiento, que es más bien rígido pero ante determinadas eventualidades sorprende con cierta suavidad y un recorrido que intenta proteger a sus cubiertas de perfil bajo. Por dicha característica y la ausencia de una transmisión 4×4, el 5008 está lejos se der un modelo sumamente apto para el off road aunque presente modos de “motricidad reforzada” para la conducción en nieve, arena o barro.
Conclusión
A través del tiempo, aquellos padres de familias numerosas que renegaban de las minivans, se inclinaron primero por el look deportivo de las rurales y, luego, por el particular diseño de los monovolúmenes, que se hicieron fuertes por su modularidad. Por dicha ciclotimia es que hoy el multi-asientos más grande de Peugeot cambió su look para ser un SUV acorde a la demanda del mercado, pero mantuvo su esencia. Ahora es un vehículo con pinta de todoterreno, pero que conserva toda su versatilidad. Para ella no hay moda que valga.
Precios
Peugeot 5008 Allure THP Tiptronic $981.800
Peugeot 5008 Allure Plus THP Tiptronic $1.165.000
Peugeot 5008 Allure Plus HDi Tiptronic $1.215.600
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