En la planta de Flat Rock, Michigan, Ford alcanzó recientemente la producción de su Mustang Nº10.000.000. Dicho ejemplar resultó ser un GT V8 convertible con seis velocidades y 460 caballos, que fue pintado en Wimbledon White para homenajear a la primera unidad seriada, que data de 1964 y lucía el mismo tono.
Según las cifras arrojadas por un análisis del IHS Markit, que tiene en cuenta al total de los patentamientos realizados entre 1966 y 2018, este pura sangre se constituye como el deportivo más vendido de Estados Unidos, además de ser un ícono viviente del óvalo. “El Mustang es el corazón y alma de la empresa, además de ser un favorito alrededor del mundo. Cuando veo uno rodando en una calle de Detroit, Londres o Beijing siento la misma emoción que cuando compré mi primer auto, que fue una coupé ‘66 que manejé por todo el país. El Mustang es un fabricante de sonrisas en cualquier idioma”, comentó Jim Farley, Presidente de Mercados Globales de Ford Motor Company, en alusión al clásico muscle car.
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