De carácter global, con un diseño completamente replanteado y mucha carga tecnológica, el Civic X es uno de las apuestas más importantes de Honda en los últimos años. Evaluamos cómo se desempeña en el día a día y cuáles son sus argumentos para ser un referente en la categoría.
Reinventarse, una capacidad que el Civic fue demostrando a lo largo de sus ya diez generaciones. A cada gran cambio, le siguió una evolución más conservadora. Así pasó con la trascendente quinta generación y su sucesora; la futurista octava edición y la más sobria, novena. Ahora era el turno de volver a renovarse completamente y el “X” plantea una revolución para el mediano de la automotriz japonesa: nuevo estilo, mayor tamaño, motor turbo y gran cantidad de dispositivos tecnológicos son su carta de presentación.
A poco más de un mes del lanzamiento oficial, el equipo de prensa de Honda nos cedió una unidad para probarla, ya no en un autódromo, sino en su hábitat natural: las calles y autopistas, lo que nos permitió evaluar el comportamiento del Civic en el día a día. Esta es nuestra impresión.
Diseño:
Impactante. El nuevo Civic es de esos autos que vale la pena detenerse a mirar para descubrir cada detalle de diseño. Dejó de lado la sobriedad y el estilo conservador de la anterior generación por una propuesta mucho más arriesgada, agresiva pero elegante a la vez. Su silueta tipo fastback, los trazos acentuados y las llantas de aleación diamantadas de 17 pulgadas le dan un aspecto muy dinámico a la carrocería. En la trompa resalta la parrilla cromada y especialmente los faros Led, exclusivos de esta versión EX-T, que le aportan un halo muy tecnológico, al igual que los faros traseros en forma de C o boomerang, que dibujan dos líneas en su contorno. Lo dijimos en su presentación y lo repetimos ahora, es “el distinto” de su categoría y en la calle llama mucho la atención.
Interior:
Al ingresar al habitáculo, la primera impresión es que estamos frente a un producto con aires más “Premium”: numerosas superficies soft touch (plástico blando) y tapizadas en cuero junto con apliques de aluminio cepillado reflejan una calidad y ambientación muy cuidada. En un segundo vistazo cobra protagonismo el instrumental, completamente digital, con tres pantallas en lugar de los clásicos relojes y una variada cantidad de información proporcionada por la computadora de a bordo. También pueden seleccionarse desde allí muchas otras funciones, como las relacionadas al audio o la telefonía.
El espacio disponible en las plazas delanteras es muy amplio, ayudado también por las múltiples regulaciones (manuales) de las butacas. Atrás, dos pasajeros y un niño pueden viajar con total comodidad. Hay lugar para las rodillas, incluso corriendo los asientos delanteros a tope, y salvo excepciones, la cabeza no llega a tocar el techo a pesar de la marcada curvatura del mismo. La plaza central es más incómoda, por dos motivos: el respaldo es bastante duro ya que al rebatirlo puede utilizarse como apoyabrazos –con dos posalatas- y por el falso túnel de transmisión -que según aclararon desde la marca, funciona como un refuerzo estructural-, abandonando el piso plano con el que contaba su antecesor.
Con el replanteo de diseño y el aumento de dimensiones (4.637 mm de largo, +112 mm; 1.799 mm de ancho, +44 mm; 1.433 mm de alto, -17 mm; y 2.700 mm de distancia entre ejes, +60 mm), el baúl se vio especialmente beneficiado, aumentando su capacidad a unos generosos 519 litros (antes 376 lts).
Equipamiento:
Esta versión es la tope de gama y cuenta con una amplia lista de equipamiento, entre lo que se destacan el climatizador automático bizona, tapizado de cuero microperforado, encendido/apagado automático de luces, levantavidrios eléctricos en las cuatro puertas y techo corredizo con one touch y antipinzamiento, volante multifunción regulable en altura y profundidad, sensor de lluvia, sistema Eco Assist (de conducción eficiente), modo ECON, apertura interna o a distancia del baúl, sensores de estacionamiento delanteros/traseros, cámara de estacionamiento con 3 ángulos de visión, acceso sin llave y botón de arranque. Mención aparte para el sistema multimedia con pantalla táctil de 7 pulgadas (rápido y fácil de operar), con navegador, Apple Car Play/Android Auto, puertos USB (2), HDMI, bluetooth y equipo de audio con 180W de potencia. Pero así como sobresale tamaña dotación de confort y tecnología, llamativamente no dispone de regulaciones eléctricas para las butacas ni salidas de aire para las plazas traseras. Dos detalles que podríamos considerarlos menores, pero no si pensamos en el precio de este Civic ($651.000).
Seguridad:
Muy completo, con seis airbags (frontales, laterales y de cortina), frenos a disco en las cuatro ruedas con ABS/EBD/BA, control de tracción y estabilidad, sistema AHA (asistente de conducción ágil), anclajes Isofix (2), faros antiniebla delanteros, asistente al arranque en pendientes, freno de mano eléctrico con función Brake Hold y Lanewatch (cámara en el retrovisor derecho, del que hablaremos más adelante). Hilando un poco fino, tal vez le harían falta algunas asistencias más como el sensor de punto ciego (en ambos espejos), o frenado automático en ciudad, como sí lo ofrece por ejemplo, el Ford Focus.
Mecánica:
Esta versión es la única que ofrece el nuevo motor 1.5 Turbo (es el primero de este tipo que Honda comercializa en nuestro mercado), como siempre con sistema de distribución variable i-VTEC. Desarrolla 173 CV a 5.500 rpm y 220 Nm de torque, disponible entre las 1.700 y 5.500 rpm… lejos quedaron esos tiempos en los que el par máximo se lograba a muy alto régimen como en los propulsores anteriores. Esta motorización se asocia a una caja automática CVT con siete marchas “simuladas” y modo Sport, que también es posible comandar desde las levas de detrás del volante o Paddle Shift.
Comportamiento:
Tras acomodar la butaca y el volante a gusto, apretamos el botón de encendido, selectora en Drive y avanzamos. Desde los primeros metros, el Civic saca a relucir las bondades de su sistema de dirección eléctrica (de asistencia variable), que hace que doblar en espacios reducidos sea realmente fácil a pesar de su tamaño. En ciudad, el motor prácticamente no se percibe y la caja CVT le da una suavidad de marcha destacable. El único punto gris es un leve retardo de la transmisión ante aceleraciones repentinas, mostrándose algo dubitativa al principio hasta que toma velocidad.
Hablando de circular en ámbitos urbanos y estacionamientos, hay que mencionar un dispositivo muy útil y que se vuelve un gran aliado en maniobras ajustadas, el Lanewatch. Es una cámara ubicada debajo del espejo derecho que muestra en la pantalla del sistema multimedia un ángulo más amplio que el del retrovisor y se activa al conectar la luz de giro de ese lado o pulsando el botón sobre el bracito detrás del volante.
En rutas y autopistas, el comportamiento del Civic es brillante, entregando en todo momento una sensación de aplomo y seguridad al conductor. La suspensión trasera multilink es norma en el sedán mediano de Honda desde hace por lo menos cinco generaciones atrás. El propulsor trabaja siempre en un régimen relajado, ayudando a reducir al mínimo el consumo de combustible. En eso también colabora el modo ECON y la función ECO Assist, que evalúa si nuestra conducción es eficiente.
En cuanto a prestaciones, el Civic logra una muy buena aceleración (0 a 100 km/h en 7,8 segundos) y unos 208 km/h de velocidad máxima. Los 173 CV del motor se hacen sentir y son los mayores responsables de esas cifras. En cambio, como mencionamos anteriormente, la caja no apunta tanto al rendimiento, sino a la eficiencia y el confort, limitando en parte la performance del vehículo. Una transmisión automática convencional o una caja manual, como la que ofrecerá la versión Si –que esperemos llegue a nuestro mercado- permitiría exprimir mejor al 1.5 Turbo. Para el perfil de usuario al que apunta esta versión EX-T, que valora más el confort por sobre la deportividad, el conjunto mecánico está muy bien logrado, sin nada que envidiar a cualquiera de sus rivales y con el respaldo que significa haber sido desarrollado por la firma nipona.
Conclusión:
El objetivo de esta décima generación es convertirse en uno de los referentes de su segmento, misión que cumple con creces en cuanto a diseño, calidad, confort de marcha y tecnología, aunque sus valores (desde $469.000 a $651.000 de esta EX-T) la ubican muy por encima de sus rivales, acercándola a una categoría superior o hacia el segmento Premium, en el que la competencia se hace mucho más ajustada y difícil. Para los clientes habituales del Civic o aquellos que se sientan atraídos por su flamante estilo, es una opción muy recomendable y que no defraudará, pero sí deberán desembolsar algunos pesos más… Ser distinto tiene su precio.
Los más:
- Diseño
- Confort de marcha en ciudad/ruta
- Comportamiento dinámico
- Calidad interior
Los menos:
- Algunos faltantes de equipamiento
- Auxilio temporal
- Precio muy elevado
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