Participamos de un evento organizado por Volkswagen para probar en la pista del Autódromo de Buenos Aires a los tres integrantes de su gama deportiva actual. Además, se anunciaron los próximos lanzamientos previstos para este año.
Hay que reconocer que esta profesión tiene varios privilegios para los que amamos el mundo de los autos: conocer y probar los últimos lanzamientos del mercado, entrevistar a importantes directivos de las automotrices o personalidades destacadas del sector, o tener la posibilidad de girar en el mítico Autódromo Juan y Oscar Gálvez de la Ciudad de Buenos Aires, por lo que muchos agradecemos y nos sentimos muy afortunados de poder trabajar de lo que nos gusta.
Justamente, una de las citas más esperadas por nosotros era el denominado VWSportDay, llevado a cabo a principios del pasado mes de abril. El evento fue organizado para tomar contacto con toda la gama deportiva actual de la marca alemana, en un lugar adecuado para poder conducirlos a fondo con la seguridad que nos brinda un autódromo y bajo la atenta mirada de un grupo de pilotos profesionales, comandados por Gustavo Der Ohanessian (quien representó a Volkswagen en el TC2000). Pero también sirvió para anunciar los próximos lanzamientos previstos para este año: el Up! TSI –que en nuestro país se denominará Pepper y que pudimos manejar como adelanto en San Pablo- próximo a comercializarse; el Golf R, la versión más extrema del hatchback mediano, equipada con un 2.0 TSI de 300 CV y tracción integral, programado para octubre; y la Tiguan LWB (de 7 plazas) que llegará hacia fin de año.
Volviendo al Golf GTI, Vento GLI y Scirocco GTS, es muy interesante descubrir cómo, partiendo de una misma base mecánica: el impulsor naftero 2.0 TSI (con inyección directa, turbo e intercooler) acoplado a una caja automática DSG (de doble embrague) de 6 o 7 marchas, cada auto tiene un comportamiento y una configuración distinta, orientada al perfil de cada uno de sus potenciales clientes.
A la pista…
Golf GTI
Si su nombre ya es un clásico de la industria automotriz, las siglas GTI son una referencia a la hora de hablar de versiones deportivas. Su apariencia es bastante discreta, sólo las llantas de 18 pulgadas, la doble salida de escape, el paragolpes delantero específico junto la parrilla con el emblema y el aplique rojo que se extiende hasta los faros dan cuenta de que se trata de la opción más picante del hatchback mediano de VW.
Y es que lo más interesante lo encontramos debajo del capot, el 2.0 TSI llevado en este caso a 220 CV (entre 4.500/6.200 rpm) y 350 Nm de torque (entre las 1.500/4.400 rpm), combinado con la última generación de la caja automática DSG y 7 marchas, con modo Sport y la posibilidad de pasar los cambios desde las levas de detrás del volante. Esos Nm de torque disponibles desde bajas vueltas realmente se hacen sentir al pisar a fondo el pedal derecho. Aceleraciones muy rápidas, comportamiento muy equilibrado, justa dureza de suspensiones y acertado tacto de la dirección hacen que el Golf sea fácil y divertido de llevar en la pista, sin acusar vicios en la tenida al tomar las curvas a gran velocidad y el ESP controlando cualquier exceso por parte del conductor. Con él dimos las primeras tres vueltas al circuito N°5 y nos quedamos con ganas de más… (La verdad es que nunca nos cansaríamos).
Vento GLI
El siguiente en pasar por nuestras manos fue el Vento, un modelo que en nuestro mercado tiene un gran grupo de seguidores, especialmente el de la versión GLI (ex Sportline), por la gran performance que le da el motor TSI, que desarrolla 211 CV (entre las 5.300 y 6.000 rpm) y 280 Nm de par (desde las 2.000 rpm), acoplado a la conocida transmisión DSG de 6 velocidades. Es un vehículo que siempre se destacó por su sobriedad, pero que en su última actualización dejó de ocultar sus intenciones, con unas llamativas llantas Mallory de 18 pulgadas, apliques rojos en la parrilla y el techo negro.
En el circuito demostró sus cualidades a la hora de acelerar a fondo, también evidenció su mayor volumen y suspensiones apenas menos firmes que sus pares, por lo que la cola del auto alcanzaba a deslizarse un poco más, pero siempre con la sensación de estar bajo total control del vehículo y con el ESP corrigiendo nuestro desbordante entusiasmo con el pie derecho al ingresar a las curvas. Sigue siendo la referencia entre los sedanes deportivos.
Scirocco GTS
Al igual que el Vento, su plataforma es la PQ35, pero esa no es ninguna limitación a la hora de compararlo con sus hermanos de gama, al contrario, sirve para evidenciar que continúa vigente. En este caso el 2.0 TSI también entrega 211 CV a 4.500 rpm y 286 Nm desde las 1.700 revoluciones, asociado a la caja automática DSG de seis marchas, con modo Sport y levas al volante.
Habiéndolo manejado hace dos meses atrás, varios quisimos dejarlo para el final, como “la frutilla del postre”. Sabíamos que por su concepto de coupé compacta, posición de manejo baja, puesta a punto de la suspensión y el detalle que más nos gustó cuando lo probamos: el sonido del escape, la adrenalina estaba garantizada. Y así fue, esas tres últimas vueltas se nos pasaron volando, pero disfrutamos cada instante, en cada curva, frenaje o acelerando hasta casi 190 km/h al final de la recta principal.
Conclusiones:
¿Cuál es el mejor de los tres? Depende de lo que prefiera cada uno: siendo racionales, teniendo en cuenta su historia, la concepción más moderna de esta generación, la combinación motor-caja –con el plus de potencia y sus siete marchas-, su funcionalidad para el día a día y eventuales track days: gana el Golf GTI, la propuesta más equilibrada del trio de la firma alemana. Si buscamos algo más racing, menos discreto y con sensaciones más puras –el sonido del motor, la dureza de la suspensión-, la respuesta es el Scirocco GTS. ¿Cuál me gustó más a mí? El Vento GLI ¿Por qué? A pesar de que empieza a notarse el paso de los años en su diseño y no está desarrollado con la más moderna plataforma MQB del Golf, rescato su versatilidad. Es un confortable sedán para ir al trabajo entre semana, cargar las cosas de la familia o amigos e irse de vacaciones y despuntar el vicio de acelerar algún fin de semana en un track day, todo en un solo auto.
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